Friday, April 10, 2009

Fotos

Ver fotos siempre me da nostalgia. Pequeñas punzadas en el corazón al saber que el tiempo pasa sin detenerse ni un instante, ni siquiera el de la foto. Uno quiere plasmar el momento, pero ya se fue, no será jamás. La imagen hace sentir. Como si fuera un pequeño viaje en el tiempo. Pero siempre esta sensación de duelo por el tiempo que se ha ido, las personas, los lugares. Todo se va, a veces ni siquiera queda el recuerdo. La vida es un constante escape de momentos, del instante efímero, son tantos que no se pueden recordar todos, perdemos pedazos de nuestras vidas con cada segundo olvidado. ¿Por qué sólo algunos se quedan? ¿Por qué se quedan los que se quedan? ¿Por qué uno no puede recordar lo que quiere, olvidar lo que quisiera? Las fotos traen a la memoria esos instantes olvidados, reaniman las sensaciones, pero todo es ficticio, un simulacro de nosotros mismos. Somos lo que recordamos de nosotros, somos lo que los demás recuerdan de nosotros, o lo que han olvidado, el nombre, el color de los ojos, la sonrisa.

¿Quiénes somos si olvidamos más de la mitad de nuestros días, de las personas, de nuestros gestos, de nuestras palabras? Olvido, vacío. E.