Tuesday, May 20, 2008

Tarde nublada

Esta tarde nublada está llena de angustia, tristeza, desesperación y amargura. El trabajo parece no tener final, el dolor es constante día y noche, y me recuerda todo el tiempo lo frágiles que somos. Mi cabeza está saturada de recetas de cocina y preguntas existenciales que parecen no tener solución. Mando este post con la esperanza de que se aligere un poco el peso que llevo en el alma.

Saturday, May 03, 2008

Atonement

Escribir siempre ha sido para mí más una tortura que un placer, lucho constantemente conmigo misma por no juzgar cada palabra mientras va apareciendo sobre la hoja blanca. Hace poco me preguntaba qué hace uno para descansar de sí, hoy creo haber encontrado una respuesta: escribir. Escribir ya no puede ser una tortura, tiene que ser el momento que he estado buscando, el momento en que sólo dejo fluir las palabras, el momento en que estás manos hacen su trabajo y dejo de estar en la realidad. Va a ser mi nueva forma de vivir: en la mente, en la página blanca es donde puedo dejar de estar aquí, donde me puedo olvidar de lo que está afuera, encerrarme en las paredes de mi mente y dejar de pensar en banalidades. Hoy vi Atonement, muy buena película, reveladora, que me mostró lo que estaba buscando, me mostró que en la escritura está la verdadera salvación, la expiación, lo que tanto buscaba Perec y que inconscientemente logró; encontró la forma de sobrevivir, de huir de su soledad, de su realidad a través de sus personajes, de su búsqueda literaria.

Escapar por un instante de mí misma, dejar de pensar en el mundo para vivir lo que pienso. Algo está pasando en mi mente, las palabras se enciman y se confunden, se hacen borrosas, se mezclan, desaparecen en instantes. Lo que en un segundo parece claro, se desvanece al instante. El instante. Todo son instantes, de lucidez, de embriaguez, de deseo, de desesperación, nada dura más que instantes.contrado una soluci Por eso mi fijación con ese verso de Elsa Cross “ya sea mi tiempo la duración de tu caricia”. El instante que se quiere hacer eterno, el momento de paz que crea la caricia, que termina con ella y se renueva con cada contacto.

Parece que estoy llegando a algo, mi mente está descontrolada, eufórica, confundida, histérica, se vislumbra la claridad al fondo de la confusión, cada vez se siente más cerca aunque también parece alejarse por momentos. Estoy buscando algo sin saber qué, siento que estoy a punto de descubrirlo sin realmente lograrlo, cada paso está lleno de desafío y de desconfianza, de miedo y de valentía. La sensación de vacío se ha vuelto a apoderar de mí, todo desaparece, el pasado, el presente, los recuerdos, los sentimientos. Sólo quedan estas manos. Ellas son las que tienen la última palabra. Ellas borran, corrigen, se mueven tras la orden de mi mente que no sabe realmente lo que está sucediendo, que intentan poner orden a las ideas, a las palabras, a las sensaciones, a las emociones que parecen haber desaparecido y estar en las manos, estas manos que recorren los pasillos de mi mente, que buscan puertas por abrir. Todo está dicho, pero al mismo tiempo la necesidad de volver a decirlo permanece. Todo desaparece alrededor. Sólo quedan estas manos ansiosas por seguir sin saber cómo hacerlo. Se desesperan, se cansan, se tropiezan, y paran.